Consells y Cabildos: Murallas en ruinas
Resumen: En la primera mitad del siglo XVIII, varios puntos de la muralla medieval de Alcoy amenazaban ruina. El portal de Riquer, el muro de la Barbacana y la torrecita de la Covil, cerca de la calle Caragol, se derribaron por el peligro que suponía su mal estado.
10 de Julio de 1723
Consecuentemente, habiendo informado el Sr. Pro. Gen. que gran parte de la muralla del Portal de Riquer ha caído e impide el pasaje por el camino que sale de esta Villa, y asimismo que queda otro pedazo de la misma muralla con manifiesto riesgo de caer, acordaron que Bernardino Giner, a cuyo cargo está el cuidado del conreo de los caminos, acompañado de los Maestros Albañiles de la Villa, vea el pedazo de muralla que se informa amenaza ruina, y de las providencias para que se asegure.
Y asimismo mande apartar las ruinas de la muralla que ha caído de manera que quede libre el paso del camino referido, e informando de las costas que con las dichas diligencias se ocasionasen, se dará la providencia correspondiente.
Libro de Cabildos, 1707-1723. AMA 000047_02, página 487.
En los terremotos de 1620 se vino abajo el Portal Nou, salida situada en la actual Placeta de les Gallines. Un siglo después, el tramo de muralla que no se cayó entonces, ya amenazaba ruina. El maestro de obras Juan Carbonell recomienda derribar solo la mitad de este muro. La otra mitad debe ser la que nos ha llegado hasta nuestros días, situada en la Placeta de les Xiques.
23 de Diciembre de 1723
Por el Sr. Pro. Gen. se informó y dijo que el muro de la parte de la Barcacana se le había avisado había hecho alguna inclinación de suerte que debía recelarse se viniese a tierra, y que siendo muy contingente sucediese a tiempo que ocasionase alguna fatalidad o desgracia, los mismos vecinos se le ofrecían a derribarlo a sus costas, como se les diese permiso para hacerlos, y que habiendo con dicha noticia mandado a Juan Carbonell hiciese vista de ojos, ejecutada, le informa ser manifiesto el riesgo, y que puede evitarse con solo desmoronar el muro hasta la mitad, pues cesándole el peso, ya no había contingencia de que se caiga.
En cuya vista, y en atención a no considerarse inconveniente en dicho derribo, por no servir para cosa dicho muro, estando como está abierto todo el resto de este lugar, acordaron se permita a los vecinos que el Sr. Pro. Gen. explica, derriben de su cuenta dicho muro, hasta el estado que el Maestro de obras Juan Carbonell dice necesitarse para dicha seguridad de su ruina y no más.
Libro de Cabildos, 1707-1723. AMA 000047_02, página 536.
17 de Junio de 1724
Costas de la conducción de agua y del derribo del muro del Postich
Últimamente vieron las costas de la conducción del agua del Molinar para el riego nuevo y fuentes de la Villa […], y asimismo las costas causadas en el derribo acordado del muro que llaman del Postich, que ha presentado el Sr. Pro. Gen. e importan cuatro libras diez y ocho sueldos […].
Libro de Cabildos, 1724-1741. AMA 000048_01, página 67.
El siguiente extracto es difícil de leer por la tinta que transparenta entre las hojas. Las palabras en cursiva son suposiciones. Todavía no parece existir la bajada de la calle Caragol, al menos no poblada de casas, ya que se habla de un lienzo de muralla desde esta calle hasta el portal de Penáguila, al final de la calle San Antonio. Recordemos que por lo que hoy es el patio de la Carmelitas, pasaba una calle que conectaba con la calle Mayor por varios callejones.
26 de Abril de 1736
Sobre ruina en la torrecita de la Covil
En asunto a que habiendo observado que el frontispicio que hay de piedras toscas de hilo en la torrecita que llaman de las Covil, estaba viciado hacia el camino, y abierta una grieta que daba motivo para recelar alguna ruina, el Sr. Pro. Gen. manda a Juan Carbonell albañil lo viese y declara estar peligrosísimo de hundirse, así por la falta de pie como por el gran peso de la obra.
Y todos uniformemente acordaron: que desde luego se derribe y que el estado en que quedare el resto de la obra de la misma torrecita, el dicho Juan Carbonell declare la providencia que tenga por más conveniente para del paso que corre desde la calle que llaman del Caracol hacia la puerta de Penáguila, y pasa por junto a dicha torrecita.
Y no necesitándose para reparo del referido paso la piedro que se sacare, se acomode en el almacén del callejón que cerró la Admón. de la nueva obra de la Parroquial, tomando la llave el Sr. Pro. Gen., y seguir para la obra que se deberá hacer en el puente que llaman de Penáguila, y reponga aquel lienzo de muralla que corre desde la referida calle del Caragol, hacia la referida puerta de Penáguila está muy peligroso de caer por tener todo el pie carcomido.
El Sr. Pro. Gen., habiendo comodidad para derribarla, mande se derribe, y que se haga un lienzo de tapia que corra toda la referida instancia de unos seis o siete palmos de alto, para que se evite toda diligencia en los que pasaren.
Sobre providencia sobre una agua que sale en el ribazo bajo el camino de la salida de la Puerta de Penáguila
Consecuentemente hablaron en orden a una agua que sale del ribazo inmediato al camino que llaman de Penáguila, y se lleva la tierra trayendo ruina el referido camino, que ha de ser irreparable por no haber por dónde ensancharlo.
Todos asimismo uniformemente acordaron: que el Sr. Pro. Gen. vea por otros para que reconozcan el susodicho sitio, y vean la salida que se le puede dar a la dicha agua, para que de esta manera se remedie la ruina que puede ocasionar en el camino.
Libro de Cabildos, 1724-1741. AMA 000048_03, página 81.
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