Las calles de Alcoy en el siglo XIX (IX)

Esta es la entrega número catorce de la serie de publicaciones sobre el Proyecto de Ensanche y Rectificación de Alcoy de 1875. Si no has visto las anteriores, aquí las tienes:

  1. El Plano de Alineaciones de Alcoy de 1849 y sus antecedentes
  2. Proyecto de Ensanche y Rectificación de Alcoy: los planos
  3. El Plano General de Ensanche de Alcoy (I): el Centro Histórico
  4. El Plano General de Ensanche de Alcoy (II): Santa Rosa
  5. El Plano General de Ensanche de Alcoy (III): l’Eixample
  6. Las calles de Alcoy en el siglo XIX (I)
  7. Las calles de Alcoy en el siglo XIX (II)
  8. Las calles de Alcoy en el siglo XIX (III)
  9. Las calles de Alcoy en el siglo XIX (IV)
  10. Las calles de Alcoy en el siglo XIX (V)
  11. Las calles de Alcoy en el siglo XIX (VI)
  12. Las calles de Alcoy en el siglo XIX (VII)
  13. Las calles de Alcoy en el siglo XIX (VIII)

En esta entrada vamos a pasear por varias calles del llamado «Raval Vell», el primer ensanche que tuvo la villa de Alcoy, construido en 1304. En la anterior entrada ya vimos parte de este barrio, así que en esta terminaremos de analizar sus calles mirando a los primeros planos que tenemos de ellas, del siglo XIX.

Calle Santo Tomás

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Esta puede que sea una de las calles del casco antiguo que más han cambiado a lo largo del tiempo. En la fecha de construcción del Raval, la zona que ocupa ahora la calle correspondía con parte de la muralla que hasta entonces envolvía toda la villa. Este tramo de muralla partía desde lo que hoy es el inicio del puente de San Jorge, lugar en el que se encontraba la torre y portal del Arenal, único lugar por donde conectaban los dos barrios al principio. De ahí, la muralla seguía hacia arriba, y a la altura de la iglesia de San Jorge más o menos se encontraba otra torre, la de San Marcos. Se dice que es en este lugar por el que Al-Azrach atacó la villa en 1276, y donde se apareció San Jorge, evento que condujo a la creación de las fiestas de Moros y Cristianos, y a la construcción de una iglesia en honor a San Jorge junto a la torre.

Plano reconstruido de 1304.

Al edificar el Raval en el año 1304 se abrió un portillo al lado de la torre para facilitar el paso entre los dos barrios llamado «Trenc de Sant Jordi«, creando un paso adicional al del portal del Arenal. La muralla seguía a lo largo de la actual calle Santo Tomás, llegando hasta la torre «dels Argadins«, situada en la Placeta del Carme, delante del teatro Principal.

En el plano reconstruido de 1304, la Plaça de Dins queda a la derecha, y la letra g corresponde con la iglesia de San Jorge.

La calle Santo Tomás seguiría así hasta mediados del siglo XVI, cuando se edificó el Convento del Santo Sepulcro y se derribó la parte de muralla que dividía la Vila y el Raval Vell. Sin embargo, la conexión entre ambas partes seguiría efectuándose por solamente dos puntos, ya que al edificar en los solares que dejó la muralla, se formaron dos plazas: la de San Jorge y la de los Herreros o de las Carnicerías. En la placeta de San Jorge estaba la iglesia del mismo nombre y parte del Convento del Santo Sepulcro, y en ella desembocaban las calles de San Blay, San Antonio y Virgen de Agosto, aparte de Santo Tomás. En la segunda plaza desembocaban las calles San Miguel, Santo Tomás y Purísima, y estaba situada en el lugar en el que estaba la torre del Arenal.

Así llega la calle al siglo XIX, y es como podemos verla en los distintos planos.

Aspecto general

La anchura de esta calle no era mayor que la que tenía la calle Virgen de Agosto, por ejemplo. Bajando desde la Placeta del Carme, teníamos edificios a izquierda y derecha, con todas las bocacalles al lado izquierdo que todavía existen. Poco después de pasar la entrada de la calle San Gregorio, empezaba un edificio parte del Convento del Santo Sepulcro, el cual tenía un huerto o jardín un poco más abajo, enfrentado con la entrada de la calle San Agustín. Según el plano parcial de 1875, dicho huerto era bastante pequeño, pero mirando el resto de planos generales que existen, la parte de jardín del convento llegaba hasta la mitad de la manzana entre San Agustín y Virgen de Agosto, y a partir de ahí había una construcción bastante sólida que ya tenía fachada a la Plaza de San Jorge. Sin embargo, en una imagen semi-aérea de 1910 parece que tiene razón el plano general, ya que la superficie de jardín parece corresponder con lo que dicen los planos generales:

Justo después, llegamos a la desaparecida Placeta de San Jorge. De este espacio sí tenemos fotos, con lo que nos hacemos una idea bastante buena del aspecto de la plaza por todos los lados:

Algo que no se puede ver en estas fotos y sí en los planos, es la existencia de una casa junto a la iglesia de San Jorge, que formaba una esquina extraña hacia adelante. Probablemente en este lugar estuviera situada la antigua Torre de San Marcos, en la cual se ubicó el reloj de la Villa y fue el lugar en el que Al-Azraq atacó en 1276. Al analizar el Llibre de la Peita de 1669, se puede situar esta torre junto a la entonces Capilla de San Jorge, por lo que parece lógico que este saliente pudiera ser heredado de dicha torre. Seguramente se reedificaría para mejorar el aspecto de la plaza.

Vale la pena notar que la línea de fachada de la iglesia de San Jorge no es la misma que hay hoy en día. Cuando en 1913 se reconstruyó el templo, el nuevo proyecto adelantó su fachada unos 3 metros, por lo que al poner la primera piedra del nuevo, aún no se había derribado el antiguo. Esto lo podemos comprobar superponiendo el plano general con el actual, o comparando fotos de las iglesias antigua y nueva:

Comparación de la línea de fachada antes y después.

Si giramos la vista dentro de esta plaza un poco a la izquierda, veremos la entrada de la calle San Antonio. Al contrario que hoy, esta calle comenzaba junto a la iglesia de San Jorge, bajaba un pequeño tramo y giraba 90º a la derecha, siguiendo a partir de ahí el trazado actual. Puede que hayas visto alguna foto titulada «Placeta de Sant Jordi» que es tal que así:

Esto puede hacer parecer que antiguamente la plaza se extendía hasta la calle San Miguel, más o menos como hace hoy la calle Santo Tomás. De hecho, vemos la fuente que presidía la plaza justo en el centro de ese gran espacio, en una especie de plataforma elevada que, casualmente, coincide con el primer tramo del puente de San Jorge.

Sin embargo, ese aspecto fue solo temporal, a partir de los años 1910 aproximadamente, cuando se amplió la plaza en vista a construir el famoso «Pont Nou» que conectaría el centro con el ensanche. El aspecto real de la Placeta mirando «hacia abajo» era este que podemos ver en una foto de 1907:

Como veis, hay un caserón que hoy ocuparía casi todo el ancho de la calle Santo Tomás, dejando unos metros de calle a cada lado. No debía ser una casa cualquiera, pues se ve bien construida, con las esquinas de sillería, al igual que la puerta de entrada. Está marcada con el número 18, que concuerda con el número del plano parcial de 1875, y en el centro de la fachada hay una imagen de un santo esculpida, probablemente San Jorge, pero no se llega a apreciar. Esta casa y todas las que había detrás de ella fueron derribadas para ensanchar la plaza, aunque aún no había intención de ensanchar la calle hasta la Plaza de España.

Terminamos el paseo por la calle Santo Tomás atravesando el último tramo, entre San Jaime y la Purísima. Al final de este tramo que hoy discurre por el lado del puente de San Jorge, había un quiebro del trazado al estilo del que hay al final de la calle Ambaixador Irles. En esta manzana se encontrabas la casa-palacio de los Terranova y la Casa del Delme, esta última ocupando los últimos números del lado izquierdo. El trazado irregular de esta parte formaba la Plaza de las Carnicerías.

De este espacio no tenemos ninguna fotografía, solamente lo que se puede intuir de los planos y de la imagen de 1910 que hemos comentado más arriba, aunque no se distingue prácticamente nada.

Los proyectos de ensanche

En el álbum de calles de 1849, la nueva alineación que se le da a la calle Santo Tomás es aproximadamente la misma anchura que tenía hasta entonces, solo que rectificada. Aún no había ningún plan para construir un gran puente al final de la calle porque todavía no existía ningún ensanche que conectar. Apenas se había proyectado la carretera de Xátiva a Alicante que se convertiría en la Alameda.

Ya en 1875, Vilaplana y Balaciart idean el nuevo ensanche de la ciudad, y piensan que la mejor forma de conectar el centro con estos nuevos terrenos es mediante un puente al final de la calle Santo Tomás, cuyo alzado vimos en la quinta entrada de la serie. Aunque el ancho del puente era casi la mitad del que se llegó a hacer, la idea estaba ahí, y si la calle Santo Tomás iba a ser una conexión tan importante como pensaban, habría que ensanchar la calle un poco.

Por eso, en el plano parcial se contempla otorgar un ancho de siete metros a toda la calle, el mismo que se pensó para el puente. De haberse llevado ese proyecto, la plaza de San Jorge no habría desaparecido, ya que la plaza tenía unos 24 metros de ancho. Supongo que al ser un proyecto de gran importancia, el Ayuntamiento se esperaría antes de ensanchar la calle por si había algún cambio de planes, como acabaría sucediendo, ya que la calle actual tiene un ancho de 19 metros. Hasta los años 20 no se ensancharía la calle, excepto la parte que ya hemos comentado antes.

Calle de San Jaime

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Esta calle, la más larga de las del Raval Vell, hoy la vemos como más ancha de lo que fue durante muchos años, pues Vilaplana y Balaciart también diseñaron un ensanche para esta calle en el año 1875, que se acabaría llevando a cabo más de medio siglo después.

El ensanche de la calle

Si nos vamos atrás, hasta el año 1849, vemos que Jorge Gisbert se limita a rectificar la calle, dándole un ancho uniforme de 17 palmos en todo su recorrido. No hay nada interesante que sacar de este plano más allá de ese dato.

Sin embargo, ya en 1875 ocurre de nuevo algo parecido a lo que hemos visto en la calle Santo Tomás. Vilaplana y Balaciart proyectan el nuevo ensanche de la ciudad, y lo hacen mediante tres zonas, que deben comunicarse entre ellas. Ya vimos que entre la actual Rosaleda y el centro histórico, los ingenieros proyectaron un puente que las uniera, que acabaría siendo el puente de San Jorge, y ello dio lugar al ensanche de la calle Santo Tomás. En este caso, también se ideó un puente que conectara el centro con el ensanche, pero en este caso con la primera zona del mismo, que corresponde con la partida del Pla (calles Bisbe Orberá, Sant Jordi, etc.). Ese puente se situaba al final de la calle San Jaime, y desembocaba en el Terrer, aprovechándose del gran desnivel provocado por el Barranc de Na Lloba.

Detalle del ensanche de la calle

Este viaducto se materializaría años después con la construcción del pontón de San Jaime, casi contemporánea a la del puente de San Jorge. Y como en la calle Santo Tomás, al convertirse en una calle de cierta importancia, se proyectó un ensanche de la misma, que en este caso era de 6 metros de ancho en todo su recorrido, afectando sobre todo al lado izquierdo de la calle.

Las primeras casas en ajustarse a esa nueva alineación fueron las más cercanas al pontón, que hoy tienen los números 19 a 23 (19 y 21 están demolidas). Por ejemplo, los números 47 y 49 antiguos se reedificarían en el actual 21 en el año 1903, con varias ampliaciones posteriores. El resto de construcciones se reedificarían principalmente a partir de los años 40, como nos dicen los siguientes expedientes del Archivo Municipal:

La mayoría de las nuevas edificaciones fueron promovidas por el Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Alcoy. El periódico Ciudad recoge el 09/03/1965 un pequeño artículo sobre la urbanización de esta calle, ya que la casa que hace esquina con Santo Tomás aún estaba pendiente de demoler y la entrada desde esta calle seguía igual de estrecha:

Foto ESTUDIO

Está aprobada la urbanización de la calle de San Jaime. Hace
muchos años que la citada vía trae de cabeza a nuestros regidores. Conforme aumenta el tránsito rodado, más. La calle de San Jaime, todos lo saben, descongestionaría mucho la circulación de vehículos por las arterias principales de la ciudad. La calle de San Jaime fue patrocinada por el Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Alcoy, entidad que se volcó sobre ella en cuerpo y alma, realizando en la misma una labor importantísima. El Ayuntamiento, por su parte, redondea la operación disponiéndose a urbanizar la calle. Pero ahí está en pie aún, la casa que entorpece y tapona la vía en cuestión, con la cual todo cuanto se haga en la calle de San Jaime es completamente nulo, porque la entrada de la misma recayente a la avenida de Santo Tomás queda ahogada por un inmueble que, hace años, está lo que se dice molestando a los planes de urbanización. Esa es la palabra.

CIUDAD, 09/03/1965

Cruce con la Purísima

Para terminar con esta calle, veamos la parte en la que se cruza con la calle la Purísima, que ha sufrido cambios a lo largo del tiempo. En el plano de 1875 vemos con detalle el último tramo de la calle la Purísima, que en esa época pertenecía a la de San Jaime. De hecho, el número 50 de la calle se encuentra en esa parte.

La intersección de la Purísima con San Jaime no era tan ordenada como la vemos hoy. En el plano vemos con detalle la forma que tenía este espacio:

Antes de abrir el pontón de San Jaime, la parte recayente al Barranc de Na Lloba estaba edificada hasta el Tou de la Andana. El terreno debió ceder en algún momento, debiendo derribar unos cuantos edificios de la calle San Roque (la parte que hoy es el Barranc de Na Lloba) que tenían fachada a San Jaime. Lo podemos ver bien en la foto «aérea» de 1910:

Se ve una tapia al borde del desnivel y debajo, en la calle, varios edificios con muros que se elevan más que las propias casas. También hay algunos solares entre estos edificios con muros que podrían indicar la existencia anterior de construcciones que fueron demolidas. Lo mismo podemos ver en esta imagen algo anterior, de finales de siglo XIX:

La explicación a la desaparición de estos edificios la podemos encontrar en el expediente 5371/7 del AMA, en el que se detallan los motivos de una donación del Patrimonio Real a la ciudad de Alcoy con motivo del hundimiento de dos casas en la calle de San Roque. Según explica el «alcalde accidental» de Alcoy, Santiago Puig Cobos:

Que el día de ayer [3 de diciembre de 1872] acaeció en esta Ciudad el hundimiento de dos casas en la calle de San Roque, ocasionado por el estado ruinoso de las mismas que no ha permitido tomar las medidas oportunas para evitarlo con atención a haberlo percipitado las recientes lluvias. En cuya consecuencia y a fin de remediar en parte los perjuicios que este incidente ha ocasionado a los propietarios de dichas casas, todos sin otra clase de recursos, como también a los infelices que han perecido entre las ruinas de dichas casas […]

Vista desde el Terrer

La continuación de este problema la podemos comprobar en el expediente 5691/28, titulado «Denuncia por ruinosas de varias casas de las calles de San Roque, San Juan, Purísima y Virgen de Agosto a consecuencia del hundimiento de la del nº36 de la calle de San Roque ocurrido el día 4 de diciembre». Bajo este título bastante explicativo, se procede a explicar las causas del derrumbe y la ruina del resto de viviendas:

Las casas cuyas fachadas miran a la calle de San Roque donde ha acaecido el desplome, lindan por su parte posterior con las que tienen sus portadas en la de la Purísima; las primeras están construidas sobre un terreno firme, no así las segundas que lo están sobre terreno flojo, el desnivel de una calle a la otra en la cara hundida es de diez metros propiamente, y si se tiene en cuenta de que las medianeras de estas casas eran de las dimensiones ordinarias, fácilmente se comprenderá que el empuje de las tierras no habiendo un muro de contención de dimensiones convenientes que pudiera contrarrestarles había de ejercer su acción constantemente hasta verificar el derrumbamiento.

EPSON MFP image

No es este solo el motivo del hundimiento, hay otro muy poderoso que ha influido notablemente: sabido es que las calles arriba apuntadas no tienen alcantarilla y que en días de lluvia la mayor parte de las aguas vienen como punto más bajo de la población a buscar salida por este lado, estas aguas unidas con las que se arrojan a los establos de las casas después del servicio ordinario y las inmundas, se filtran en el terreno y sobre los muros que al mismo tiempo que descomponen su fábrica comunican peores condiciones al terreno.

Todos los edificios que dan a la calle de San Juan, lindan también por la parte posterior con el terreno donde están edificadas las de la calle de la Purísima, San Jaime y Virgen de Agosto, las medianeras de este linde son de malas condiciones y dimensiones exiguas para contener el empuje, conteniendo además las paredes de los edificios de las expresadas calles. Los dueños o inquilinos de estas casas, con el objeto de ganar terreno, han practicado excavaciones en los pisos bajos y han formado espacios dentro del terreno medianero sin construir muros ni revestido las bóvedas.

En estos espacios o cavidades se vierten las aguas, depositan basuras y sirven a la vez de cochiqueras y cuadras, y como no tienen límite alguno en estas excavaciones no es extraño que las casas de las calles superiores se encuentren en un estado tan deplorable y que el día menos pensado suceda otra catástrofe que llene de aflicción a este industrioso pueblo.

Se declararon en estado de ruina cinco casas de la calle de la Purísima, cuatro de la calle San Juan (la actual Barranc de Na Lloba), dos en la calle de San Roque y una en la calle Virgen de Agosto. Cabe aclarar que en estos documentos, cuando se menciona la calle San Juan, se refieren al tramo que hoy es calle Barranc de Na Lloba, y que pocos años después pasaría a incluirse dentro de la calle de San Roque, con lo que puede haber algo de confusión al referirse a un mismo tramo de calle con dos nombres diferentes.

Calle la Purísima

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Es la última de las calles transversales del Raval Vell, que empezaba en la Plaza de las Carnicerías y terminaba en la calle San Jaime. Nació junto con el resto de las calles del barrio en el siglo XIV, y corría junto a la muralla que daba al río Riquer. En ese tramo de muralla se ubicaba el Portal de Riquer, junto a la calle San Roque, que era la salida de la villa hacia Castilla.

La calle del Mirador

Observando el plano de 1849, vemos que en esa época la calle estaba dividida en dos tramos. El primero de ellos corría desde la Plaza de las Carnicerías, que ya hemos visto en el apartado de Santo Tomás, hasta el cruce con la calle del Portal Nuevo (Ambaixador Irles).

Calle del Mirador (1849)

En este tramo de la calle se ubicaba la «Casa del Delme«, que ya comentamos que se trataba del último edificio de Santo Tomás, y que forma un entrante extraño en la Plaza de las Carnicerías.

Esta «Casa del Delme» era parte de la casa-palacio de los Condes de Terranova, que ocupaba toda la manzana entre Santo Tomás, la Purísima, Portal Nuevo y San Jaime desde el año 1340, y fue construido para reemplazar el primitivo palacio de los Lauria, ya convertido en el Convento de San Agustín. Hoy en día existe todavía parte de esa casa en la que se recogía el diezmo en época medieval, pero es de propiedad privada. Sin embargo, tenemos fotos del interior (con varios arcos góticos) y se han realizado algunos estudios que confirman su origen medieval.

Por tanto, es de suponer que este trozo que queda hoy es solo una parte de la totalidad de dicha Casa, ya que hay documentos del siglo XIX en los que se especifica que tenía fachada en Santo Tomás. Además, los planos de construcción de los edificios que hacían esquina con la Purísima, dicen que eran terrenos del «Delme viejo».

Calle del Mirador (1875)

Esta zona, en el plano de 1849 de Gisbert, ya se pretende realinear, dándole un ancho de 20 palmos. En el año 1875 sigue la misma situación, por lo que se sigue buscando una alineación más limpia. Aquí vemos otro caso de «segunda alineación«, pintada en azul, y que indica una alineación más idónea pero que significaría un mayor gasto para los propietarios.

Ya hemos llegado a la zona llamada «El Mirador«, y que da nombre a este tramo de calle. Se trata de la especie de plaza que se forma en el cruce con la calle del Portal Nuevo, debido al desnivel que existe y que obliga a zigzaguear un poco a esta última calle. Se dice que el nombre de «mirador» viene de un balcón de piedra que existía por esta zona y que daba al río Riquer. Por aquí vemos, en el plano de 1875, una fuente adosada a un muro junto a la Casa del Delme, que aún hoy se puede intuir su localización a pesar de haber sido demolida.

 

La calle de la Purísima

Detrás del arco se puede ver el jardín

El nombre con el que conocemos hoy a toda la calle, en 1849 solamente denominaba al trozo entre el Mirador y la calle San Jaime. Este tramo comienza con una pendiente hacia abajo hasta llegar al arco de San Roque, para luego volver a subir hasta la unión con San Jaime. En el plano del año 1875 vemos con detalle dicho arco, entre los números 24 y 26, y situado enfrente de una especie de patio o jardín de la casa número 3, que más tarde se convertiría en la «Casa de Doña Amalia«. En algunas imágenes se distingue ese jardín, que a principios del siglo XX desapareció para ampliar la casa contigua.

A continuación del portal, hay un tramo de edificios típicos del urbanismo alcoyano. En un tramo de 50 metros observamos 9 parcelas en el lado izquierdo y otras tantas en el derecho. Esto quiere decir unos 5 metros de media por parcela, y en general con una altura de 4 pisos. La superficie media de estas parcelas es de unos 55 metros cuadrados, lo que muestra el hacinamiento de la población en estas viviendas, en las que en cada piso podía estar viviendo una familia de 6 o más miembros.

Zona de San Roque en los 80.

El último tramo de la calle, en 1875 ya se rotula «San Jaime«, y es en esta parte donde se arruinaron varios edificios a partir de diciembre de 1872, como ya hemos visto en el apartado de la calle San Jaime.

Calle de San Roque

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Esta es una de las calles más icónicas del casco antiguo de Alcoy. O mejor dicho, lo era hasta hace unas tres décadas, cuando comenzó el derribo de sus edificios. Esta calle no nació junto con las del Raval Vell, a pesar de incluirla en este barrio. Es cierto que en su parte alta se encontraba el Portal de Riquer en época medieval, pero no tenía ningún barrio extramuros hasta el siglo XVIII en que se formó el barrio «del Poblet» y se abrió un arco más capaz junto al antiguo portal. Recientemente se ha descubierto el Portal de Riquer con su torre, situados al lado del conocido Arco de San Roque y un poco más elevados que este.

Descripción de la calle

En 1849, Jorge Gisbert divide la calle de San Roque en dos partes, una titulada «Bajada de San Roque», y la otra «Calle de San Roque». La primera se corresponde estrictamente, como su nombre indica, a la bajada de la calle, la que aparece en tantas fotografías antiguas. En ella podemos identificar el murete que existe hacia la mitad de la calle, y que permitía el acceso a una de las casas de la calle. También se ve el arco de San Roque, junto a la calle de la Purísima. En 1875, además, vemos la numeración de los edificios, y la alineación que Vilaplana y Balaciart pensaron para esta calle, de 5 metros al inicio de la misma.

El segundo tramo de la calle comprende desde el giro de 90º que realiza al final de la bajada, hasta la calle San Juan. Es gran parte de lo que conocemos actualmente como «calle Barranc de Na Lloba». Uno de los lados de la calle estaba formado por huertas, ya que todavía no había empezado la urbanización de la partida del Pla. Tampoco se ha conectado la calle San Juan con la recién creada «calle Nueva del Puente» (Av. País Valencià). Vemos detalles que ya comentamos en su momento, como la puerta de San Juan, o el muro de la calle Barbacana junto a lo que fue la puerta «dels Porxets«. También aparece un callejón, más abajo de la calle Barbacana, que era parte de la conexión que había entre la calle Virgen de Agosto y esta.

En el plano de 1875 aparece con más detalle este paso, que estaba formado por varias escaleras. En este plano parcial de 1875, la calle no se encuentra dividida en dos, sino que el mismo plano nos muestra desde la calle la Purísima hasta la de San Juan. En esta fecha, ya se ha construido algo en el lado derecho de la calle, aunque sigue habiendo mucho terreno sin edificar. También vemos la numeración de los edificios, que darían por el otro lado a las calles de la Purísima y San Jaime.

Por último, tanto en el plano de 1849 como en el de 1875 aparece el llamado Portal de San Roque, que no se trata del situado en la calle de la Purísima, sino otro ubicado en el número 15 actual de la calle Barranc de Na Lloba. La forma del portal difiere un poco entre los dos planos, pero la localización es la misma.


Con esta entrada terminamos con las calles del Raval Vell, y ahora solamente falta que veamos las calles del barrio más antiguo de la ciudad, la Vila. Nos vemos en la siguiente.

Ver la siguiente entrada: Las calles de Alcoy en el siglo XIX (X)

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